Un Amor que nunca se rinde




Siente caminar, con excitante pasión, pero no siente avanzar, siente que todo esta a su alrededor, pero no esta todo completo. Al instante siguiente esta con una hermosa mujer y a siguiente esta vacío con una gran mancha que parece un corazón estrellado en una pared.
De repente abre los ojos y nota que fue un sueño. Nada mas terrible que la ilusión de haber estado en un mundo imperfecto.

Son las 5:45 de la mañana, un día nuevo inicia. Parece que todo ira bien, mientras se levanta. Los recuerdo por los que comienza a vivir una vida que no escogió, se hacen notar de momento, como ahora.
Recuerda una mañana cuando era niño, de no mas de 7 años, despertar por el llamado de su padre, del que ya no volvería a saber nada, por el resto de su vida, y prepararse para el colegio, era un momento divertido, algo que no cambiaría nunca, por el abrazo de ese hombre fuerte, que besa con pasión y mucho amor sus mejillas, babeadas por tanto dormir. Y las fuertes palabras de gran aliento, y de espectacular animo con la dosis correcta de actitud, que por el castigo del tiempo, sigue sin recordar.

Pero así es como tiene que levantarse, por el momento solitario, aunque con la ilusión de volver algún día a hacerlo acompañado de una dulce y amorosa esposa; entonces. mientras se estira de pie en la habitación, Con su cuerpo mostrando apenas el medio pasar del tiempo, como tiene 30 otoños, en los que su poesía aun no merma.
Entra un nuevo recuerdo, de que una vez estuvo enamorado, y despertaba cada mañana con ella en sus brazos. Era la primera vez que se entregaba a una vida, que no conocía ni referencia de ella tenía, ya que en su familia no había referencia. Un  te Amo cada mañana, no faltaba en su despertar. Pero el Amor no proviene de uno solo. Así se fue secando.

Se envuelve en su toalla y mientras toma sus útiles de aseo, para dirigirse al baño. Su mente es bombardeada con recuerdos de una juventud, que nunca regresará, como aquel momento en el que tuvo poder, y lo único que hacía era hacer señas y todo llegaba a su mano, o simplemente con un chasquido de los dedos, todo era hecho en frente de si o donde el quisiera. Una juventud que parece por suerte, lo llevo a sentirse dueño y hasta dios de lo que nunca había tenido. Así también lo perdió todo, arrinconado con una esperanza que parecía había perdido, pero que tenía mas que ganada por el verdadero Dios, sin darse cuenta.

Ya son las 6:30, y listo esta para salir al común de su trabajo. Un inesperado, frío y cruel trabajo en donde la mente fuerte domina a la mente débil. Y por un momento frente al espejo, fija la mirada en sus propios ojos, dejandoce atropellar inconscientemente, por el recuerdo del inventario actual de su vida, en la que sabe que lo único que le falta es un motor. El motor que mueve lo que parecía imposible, que una vez le permitió marchar constantemente, el motor que no le dejo nunca detenerse cuando lo tuvo, el motor del Amor. Instantáneamente, salen un par de lagrimas, y aunque el quisiera que fueran frías para no sentir dolor, son tan cálidas que debe obligarse a poner una coraza en su corazón, así encontrará a la correcta, que la pueda derribar sin ningún esfuerzo más que con un genuino Amor. 

De camino al trabajo, lo invade una sensación, una que no lo deja nunca tranquilo, porque entendió que no puede ignorarla. Vio la libertad, pero él aun sigue en esclavitud. La esclavitud de seguir trabajando, cuando le gustaría mejor ir a practicar los hobbies, que le apasionan, y estudiar los escritos que llenan, y muchas cosas más.

Lo bueno es que sabe que lo vive, no es para siempre, porque como ya dijimos tiene una oportunidad, una esperanza que ahora ya comienza a conocer, y lo esta haciendo vivir, gozar de cada momento que puede. Conoce su propia historia, y por eso no volverá a repetirla. Seguirá caminando con una gran visión, hasta conseguir cada una de sus metas, por eso cuando acepto el reto de vivir, acepto una Amor que nunca se rinde.

Por: Jahir Vargas

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