Deseos de Amor!




Una persona quería enamorarse, como las tantas personas que pasean cada día por las calles de la ciudad contemplaba de vez en cuando los atardeceres y muchas veces se sientan a mirar las estrellas. Esperan encontrar una que fuera fugas, para pedirle un deseo; y el deseo sería que encontraran a alguien especial.
Cualquier persona pensaría que las estrellas no cumplen deseos, pero otros pensarían que es una manera romántica de hallar a alguien y no solo con un deseo efímero sino que es un deseo que dura para toda la vida. 
Una tarde Javier nuestro querido romántico, se fue a ver el ocaso en lo alto de la torre latinoamericana, se acomodó plácidamente en el lugar de siempre, tomo una soda y unas galletas para amenizar el momento, como si brindará con el sol, al tiempo que también cenaba con el.
Esperaba pacientemente a que el sol fuera bajando; escondiéndose a la distancia permitiendo que la las estrellas ocuparan una parte del cielo. Cuando ya no faltaba nada, en que el sol terminara de ocultarse; vio de repente por su concentración y su mirada fija en el sol, el rayo verde que todo el mundo anhela ver antes de que el sol se termine de esconder.
Quedo maravillado, sin palabras, llevaba años haciendo lo mismo pero hasta ahora logro verlo. Recordó de inmediato que un viejo amigo, le platico sobre los deseos, y que no solo las estrellas fugases podían cumplirlo, sino también que el sol tenía aun poderes más grandes para cumplir deseos, y que solo podía ser posibles, cuando el sol te permitía ver su rayo verde. 
-Quiero encontrar a alguien especial- Instantáneamente pidió Javier en su deseo, lo hizo con tal creencia que la duda tuvo miedo de acercarse y de arruinarle su momento.
Ya caía la noche, las estrellas ocupaban su lugar en lo alto del cielo, algunas brillaban más que de costumbre, como si supieran que el sol concedió un deseo; parecía que apuntarán en una dirección. Javier nuestro querido romántico se levanto sin dudar, bajo en el elevador lo mas pronto que pudo, y al salir a la calle siguió la dirección que le indicaban las estrellas, camino muchas cuadras, incluso la duda alcanzo a rozar su mente, pero sin efecto, aun así no tenía nada que perder, y camino y camino.
Se sentía algo cansado, pues ya pasaron varias horas de caminar, encontró un parque donde quiso descansar, se dio cuenta que no era un parque común, tenía arboles altos, como si protegieran algo, algo de mucho valor mas que el oro mismo, extrañamente tenía un césped muy bien cuidado, como si fuese consentido cada día por manos delicadas, que prestan atención a los detalles, lo que mas le llamo la atención, fue encontrar en el centro del parque un pequeño huerto de rosas, fue sorprendente como le llamo la atención por un color intenso, un rojo de pasión y de amor. No vio a nadie a su alrededor. Solo las luces de los faros que alumbraban los caminos. Cansado se sentó junto a la puerta del huerto, y allí se quedo dormido.
No terminaba de cerrar los ojos cuando escucho el canto de los pajaritos y el sol que le calentaba llamándole para despertarse; al mismo tiempo una hermosa chica, arrodillada junto al él, le hablaba lentamente para despertarlo, ella necesitaba arreglar sus rosas, el levanto su cabeza y al encontrar sus ojos para ver quien el hablaba, conectaron de inmediato, un segundo parecieron horas; ambos comprendieron lo que habían estado pidiendo.

Continuará...

Créditos para una gran amiga Itzel Falcon desde México, Muchas gracias!  
Redacción Jahir Vargas